Unión Europea: Entra en vigor ley de mercados digitales.

El objetivo de la normativa, propuesta en 2020, es poner fin a las prácticas desleales de las plataformas digitales que sirven de enlace entre las empresas y los consumidores.

La ley europea de mercados digitales se orienta a regular el poder de los gigantes digitales y busca poner fin a las prácticas desleales.

La ley fija nuevas normas antimonopolio para las grandes plataformas de internet, entró en vigor este martes con el objetivo de controlar empresas como Google, Amazon, Facebook o Apple.

Sus disposiciones comenzarán a aplicarse en seis meses, a partir del 2 de mayo de 2023 o a más tardar el 3 de julio del próximo año, precisó la Comisión Europea en un comunicado.

El objetivo de la normativa, propuesta en 2020, es poner fin a las prácticas desleales de las plataformas digitales que sirven de enlace entre las empresas y los consumidores.

Fija obligaciones previas en materia de libre competencia que las tecnológicas deberán cumplir antes de que la Unión Europea las investigue y que inciden precisamente en las prácticas por las que en los últimos años las ha multado y las ha llevado ante la Justicia europea.

Se prohíbe combinar los datos personales que adquieren de los usuarios a través de los múltiples servicios que ofrecen, por ejemplo, que Facebook cruce la información que obtiene de su red social con la del servicio de mensajería WhatsApp, a no ser que exista un consentimiento previo.

También tendrán que dar acceso a las empresas a los datos generados por sus clientes, permitir que los usuarios puedan desinstalar las aplicaciones que vienen por defecto en los dispositivos móviles o se prohibirá a las tecnológicas favorecer sus propios servicios frente a los de la competencia.

Requisitos que tendrán que cumplir todas las empresas con 45 millones de usuarios mensuales y más de 10.000 usuarios empresariales al año.

En caso de que las plataformas incumplan estos requisitos de forma reiterada, la Comisión podrá imponerles multas de hasta el 20% de su facturación mundial y, en último término, forzar a una reestructuración de las empresas.

Esta normativa se completa con la ley de servicios digitales, que obligará a las grandes tecnológicas a eliminar rápidamente el contenido ilegal en internet, siempre que tengan conocimiento de ello, y les someterá a una mayor transparencia en el funcionamiento de los algoritmos que regulan lo que los ciudadanos ven en la red.

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