Si se mira desde la perspectiva de las empresas, para crear y consolidar un buen modelo de trabajo híbrido, los directivos necesitan dejar atrás las políticas corporativas formales (carentes del elemento humano), y enfocarse en crear entornos de alta confianza que establezcan directrices claras, ortorgando autonomía a los empleados.
En vez de ordenar “la vuelta a la oficina”, es factible considerar la posibilidad de permitir a los empleados trabajar desde cualquier lugar, proporcionando la tecnología necesaria a los empleados.
De acuerdo con la encuesta Jabra Hybrid Ways of Working 2021 Global Report, realizada recientemente, el 75% de los empleados quieren trabajar de manera remota en un futuro y valoran la flexibilidad por encima del salario, lo cual hace inteligente replantearse los beneficios laborales para seguir siendo competitivos y seguir atrayendo el mejor talento.
Los ejecutivos de las empresas pueden considerar cuáles son los motivos y tareas por los que quieren a sus empleados en la oficina y, según éstos, asegurarse de que el espacio de trabajo satisface esas necesidades.
Así las cosas, las empresas que invierten en tecnología para mejorar la colaboración entre sus equipos se beneficiarán más que las que invierten principalmente en recursos físicos tradicionales.
Es clave que los ejecutivos prediquen con el ejemplo, para mostrar las mejores prácticas de trabajo híbrido, demostrando a sus equipos que, independientemente de la forma de trabajar elegida, esta situación no se convertirá en una desventaja.
