Para Khadija Boughaba, CEO de la firma Invest RH, “El reclutamiento a distancia en el contexto de la pandemia que estamos experimentando parece ser una solución obvia para limitar los viajes y el contacto. Es cierto que los implicados en la contratación, están retomando sus hábitos recurriendo a entrevistas físicas, pero esto sigue siendo limitado para un cierto número de candidatos, que quedan reservados al final de un proceso de selección”.
Por el lado de las herramientas, las empresas también utilizan entrevistas en vídeo sin conexión. Por lo tanto, los gerentes de contratación no tienen que preocuparse por sus horarios, y programar entrevistas durante el horario de oficina, lo que a veces puede llevar mucho tiempo. Reciben las entrevistas, en vídeo que pueden ver cuando quieran y tantas veces como quieran, con la posibilidad de compartirlas con los demás responsables de la contratación en curso.
Dicho esto, la pregunta que surge es si la digitalización de los intercambios, durante el proceso de contratación lo hace más eficiente o no, ¿y cuáles pueden ser los límites del ejercicio?
Para el consejero delegado de Invest RH, “la digitalización de los intercambios durante la contratación, y en un contexto profesional en general, tiene indudablemente ciertas ventajas. En primer lugar, aumenta la productividad, porque los intercambios son más rápidos de organizar que una entrevista física. Debido a la restricción de viajes y transporte, el ahorro de tiempo es mayor y el número de entrevistas puede aumentar. Además, se mejora la calidad de las interacciones, porque el estrés es menor”.
En consecuencia, es una forma preciosa de optimizar el proceso de contratación sin deshumanizarlo. En efecto, si todas las etapas del proceso se pueden realizar de forma remota (toma de contacto, profundización de discusiones, evaluación, incluso negociación salarial) será necesario un intercambio físico final para validar el perfil y ratificar la decisión.
En cuanto a los límites, Karim Banaoui, CEO de CV Parser, enumera algunos: “La falta de facilidad frente a la cámara, penaliza a los candidatos, especialmente a aquellos que no están familiarizados con la tecnología. También hay que decir que el formato limita las interacciones, que pueden ser perjudiciales para ambos lados y distorsionar la percepción que el reclutador y el candidato tienen el uno del otro”.
Pero eso no es todo, las disfunciones relacionadas con la tecnología, la dificultad para descifrar el lenguaje no verbal de los candidatos, o el entorno personal del candidato que no siempre es óptimo, también pueden limitar el uso de la distancia.
Sin embargo, el mantenimiento remoto tiene muchas más ventajas que desventajas. Por lo tanto, muchas empresas pueden mantenerlo y desarrollarlo en el futuro.
